Recientemente una persona que conozco ha roto con su pareja. Ha sido una especie de muerte anunciada, ya que por diversos factores externos, la atención de una de las partes se ha diluido bastante, causando gran desilusión en la otra. Así que ésta se ha cansado y le ha dicho “amiós”. Sencillamente se ha desencantado, quizá porque se ha cansado de estar siempre esperando y esperando algunas migajas de cariño. Cuando te acostumbras a quedarte con las sobras, es que ya no sientes lo suficiente. Supongo que él (el protagonista es un amigo mío) se ha cansado de esperar que su ya ex novia le hiciese algo de caso. Para saber un poco mejor lo que se siente, sería bueno que leyeseis mi cuento sobre el Madrid y el Barça, en este mismo blog.
El caso es que la novia de él tiene una canción que le gustaba mucho, que le había traído de cabeza hasta que (oh, Superpedro, siempre en auxilio de los necesitados) se la localicé y regalé envuelta en un lápiz de memoria. Por fin tenía su canción, era algo importante para ella.
Ahora, una vez todo se ha ido al traste (por ser del Madrid), esa canción carece del sentido original, pero mi amigo no puede evitar un pequeño estremecimiento cardiaco cuando la escucha, recordando tiempos pasados, no malos, pero fáciles de borrar. Eso es lo más patético del asunto. Que el tiempo ha hecho que sea relativamente fácil olvidar ciertas cosas.
Pues bien, el otro día escuché una versión de la canción en cuestión (al final desvelaré el misterio y diré cuál es) que me dio que pensar. Es una versión consistente en la base rítmica de una canción, y la letra de la original, cantada por el grupo original; se trata de cambiar la música a una letra ya conocida.
Le enseñé la canción a mi amigo. Y el estremecimiento cardiaco siguió. Normal, aún la herida es reciente y es totalmente natural, tampoco mi amigo es de granito. Pero puede que apreciara la diferencia.
Yo, al menos, que he vivido la historia en torno a la canción de forma totalmente ajena, cuan fantasma que ve sin ser visto, pienso que aunque es lo mismo, es totalmente diferente. Lo que quiero decir es que, estremecimientos aparte, esa canción llegó en un momento concreto, y su versión antagónica llegó en el momento justo para enseñar a mi amigo que las cosas se mueven. Que aunque parezcan iguales, pueden cambiar sin perder la esencia.
Esto, en el fondo, es algo negativo. Es como si dijese “sí, ella puede que te diga que va a cambiar, pero en el fondo será siempre igual de tonta”. Pero yo acostumbro a buscar el lado positivo de las cosas. “Es la misma en el fondo, pero puede hacer un esfuerzo para cambiar algo a fin de agradarte”. Ojo que no digo con esto que tenga que volver con ella, eso es decisión suya y solo suya.
Lo que extraigo de todo esto es que esta historia se puede extrapolar a todas las cosas de la vida. Cambias algo y no es mejor ni peor. Es sencillamente diferente. A veces no es suficiente con cambiar la música a la canción. A lo mejor hay que cambiar de canción. O quizá en lugar de cambiar de canción, hay que refrescar la versión… joer, qué trabalenguas.
Lo importante es tener el valor suficiente para hacer una cosa u otra. Como él ha hecho.
Dos cosas más. Tengo amigo libre, mandadme un correo para conocerle mejor. Es alto, guapo, listo, y con un potencial sexual importante. Por último, las canciones. La original es “Hotel California”, de los Eagles, y su antagonista es “West California”, de Mighty Mike. Si no la encontráis, decídmelo y os digo dónde encontrarla.
SP