domingo, 11 de marzo de 2012

Entre ratas, gatos y gente en armonía con la naturaleza

Llevo ya algún tiempo pensando con bastante desazón en la clase política que rige nuestros destinos en la actualidad. Todo aquel que diga conocerme sabe que no les voté, y no les votaría por nada del mundo. El problema viene cuando lo que teníamos antes estaba tan alejado de la realidad. A quién votar?a las ratas, aunque traicionando al más elemental sentido común, o a los gatos, sabiendo de antemano que no van a velar precisamente por mi bienestar y el de las ratas callejeras como yo?

Luego está la gente que vive en armonía con la naturaleza, como yo llamo a aquell@s que van por la calle con una sonrisa en los labios como si nada pasase a su alrededor... Dichosos optimistas. Este finde me he cruzado con un par de estos.

Así que entre los que están machacando al pobre español standard y los que parecen no enterarse de nada, me encuentro triste y solo, como fonseca. Atado a un trabajo, a una vida en la que te venden miedo todos los días para que no cambies, para seguir siendo rata. Te hacen creer que tener trabajo es una bendición. Te cuentan entre los afortunados, y tu, si no eres de los que vive en armonía con la puta naturaleza, tienes que callarte y aguantar. Esperar que ocurra algo diferente que mueva conciencias, que levante a los sentados... Lo malo es que a las ratas que mandan algo solo se les ha ocurrido montar una huelga. Con eso limpian su conciencia un poco, porque la vergüenza se la dejaron junto a su culo en la mesa de negociaciones con los gatos.

No iré a la huelga. No creo en esa manifestación de condena a algo que previamente conocen porque ellos intervinieron al menos en parte.

Al escribir me doy cuenta de que sería grande ser de los te viven en armonía con la naturaleza. Porque gato, lo que se dice gato, pues no me apetece.

SP