miércoles, 27 de enero de 2010

LA GENTE TIENE GANAS DE "ENREAR"

Esta expresión tan típica de mi pueblo es lo que se me viene a la cabeza cuando escucho noticias como la que leí ayer.

Resulta que en una escuela o algo así (no voy a dar detalles, me parece de mal gusto) ubicada en Cataluña, han publicado un folleto o algo así. El folleto ha sido editado solamente en castellano, y resulta que el gobierno autonómico (les guste a los catalanes o no) ha puesto a esta escuela o algo así una multa de mil doscientos euros por no poner el folleto en catalán. Imagino que será por no poner el folleto "también" en catalán además de en la lengua patria.

Como es lógico en este nuestro país, se ha liado parda en un momento.


Yo tengo mi opinión bien formada acerca del tema este de los catalanes y sus cosas de catalanes. En mi opinión son habitantes de una región con historia propia e independiente del país en el que están integrados, lo que les causa una desazón desmesurada cuando la ves desde fuera, pero que considero algo débil cuando estás en aquella maravillosa tierra.

Es igual que cuando la gente piensa que en Bilbao la gente se va disparando, o los coches van explotando a medida que recorres la ría, o las siete calles... o que tu delicioso pastel (es que allí hay una repostería muy buena, doy fe) va a estallar por los aires en nombre de la sobrevalorada "nación vasca". Buena vasca están esos hechos (hablo de los tristes terroristas, por supuesto)... y digo sobrevalorada porque ninguna tierra, por grande o próspera que parezca, vale una sola vida humana. O una sola pierna amputada. O una sola lágrima.

Pero volvamos al asunto.


Dejando las polémicas interesadas aparte, sí me llama la atención hasta qué punto a la gente le gusta crear problemas o simplemente un debate excesivamente acalorado sobre cualquier cosa., en ocasiones hasta llegar al insulto o mucho peor. En cualquier ámbito de la vida, hay que ver lo que le gusta a la gente meterse en cuitas estúpidas. Un ejemplo que ilustra bien mi idea:

- Qué calor hace, chacho!
- Si, la verdad es que sí, aunque yo no estoy mal. Pero pon si quieres el ventilador.
- No, si tú no tienes calor, no lo voy a poner... (léase cierto sarcasmo)
- Hombre, yo no tengo calor, pero si tú tienes... pues ponlo, a ver si te vas a asfixiar por mi culpa... (el nivel sarcasmil sube de forma exponencial)
- Vamos, que no te pienses que soy yo aquí el dueño de esto, si quieres ponerlo bien, y si no, pues no (aquí ya hay una irritación visible en ambas partes).
- No, si tú no eres dueño de nada, así que lo pongo si quiero, claro. Pero no lo pongo porque soy más educado que tú y punto.
- ...

Y así hasta el infinito. Es muy fácil iniciar una discusión. Lo difícil, en mi humilde opinión, es saber cuándo pararla. Y más aún, manejar la situación para que al final, o mil años después, no te explote en las manos.

En el caso que nos ocupa desde el principio, objetivamente se trata de una empresa o persona o lo que sea que ha vulnerado una ley autonómica que dice que en Cataluña hay que escribir las cosas que se escriben en las dos lenguas cooficiales vigentes. Subjetivamente, él o ella ha pensado que su criterio es mejor, y que la mayoría de gente se iba a volcar con la causa. Para mí es una causa perdida. O debería serlo, ya que, nos guste o no, las leyes están para cumplirse, aunque no nos gusten.

Personalmente, si yo fuese catalán, me preocuparía cobrar a final de mes, tener gasolina en mi coche, disfrutar de los míos... vamos, de lo que yo pienso que la gente normal se preocupa. Y no tanto de cómo me ven o como quiere alguien que se me vea.

SP

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