jueves, 7 de mayo de 2009

Pequeña carta de amor de la A a la Z

A veces pienso en dejarlo. Olvidarte para siempre; pero me cuesta hacerme a la idea de que miraré hacia mi alrededor y no te veré. Despertarme por la mañana y pensarte es mi consuelo ante el despertador. Existes, sé con claridad meridiana que estás en este mundo para hacerme feliz, para conseguir que sonría. Pero a la vez eres la causa de mi insomnio.

Ves? Una cadena irrompible de alegrías y penas. Me duermo pensando en ti, y no duermo por quererte tanto.
Veinticinco millas me separan de ti. Veinticinco días, veinticinco inviernos... veinticinco infiernos que me mantienen en un estado de dolor cardiaco permanente.

No como, no bebo, no siento. Sólo te pienso. Recorro tus formas frías, la caída de tu cintura, la altanería de tu rostro, tu condición de última parte de mi vida. Porque eres el final. El principio y el final. Desafortunadamente.
Triste carta de amor para mi amada. Pero puede que entre estas letras encuentre el valor para dejarte. Porque en el fondo es lo que intento. Y el miedo a conseguirlo hace que llene este espacio en blanco con estupideces sin sentido, porque el amor es algo muy simple. Tú me quieres a mí y yo te quiero a ti. Por que, pues, se complica tanto todo?

Último intento. Me he propuesto acabar este párrafo sin amarte lo más mínimo. Sí, ya sé cómo hacerlo. Pensaré que, allá tan lejos donde te encuentras, otros quieren ocupar mi puesto y te saben sola, solitaria, deseosa de un compañero. Y tú deseas que te deseen y te dejas hacer; sí, lo estoy consiguiendo, te voy dejando de querer. Sigues coqueteando con ellos, me olvidas, haces que te olvide. Todos te arropan, te agasajan, te aman… pero tú me amas a mí, lo sé y eso hace que todos mis demonios queden exorcizados. Otro intento fallido.

Es imposible…
Pero me rindo. Te dejo. Las leyes de la ortografía son insobornables. Y el peso de la realidad es aplastante.

Yo soy una A y tú eres una Z, nunca podremos estar juntos. Aunque al final nunca encontraré el valor suficiente para decirte que no te amo, te olvidaré; sé que seré capaZ.

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